lunes, 15 de junio de 2015

Hemorragia de ilusión


Como ofrecerle agua a quien muere de sed,
como imaginar el sabor, la temperatura, 
el frescor, 
Como decirle que antes le prestarás la botella, 
botella fría, casi helada, para que se refresque el cuerpo,
como decirle que fantasee con las gotas recorriendo su calor,
gota a gota,
antes de que se la dejes llevar a la boca,
Como permitirle que sienta el trago,
hacerlo tan real, que se crea en un hidratado sueño,
como si nunca antes hubiera probado semejante bebida,

pero,
para cuando llega el vaso real, 
la botella sí que era fría y helada,
aunque el trago es amargo,
y las gotas pesadas,

y aquello que imaginaba gratis,
se paga a un precio mucho mayor,

Como ofrecerle agua a quien muere de sed,
y dejarle más sedienta,
a la par que indefensa,
para buscar más alivio. 

Así es romper la ilusión.
La pregunta es,
¿en cuántos pedazos se puede romper?,
¿seguirá cortando igual, abriendo herida?,

y es que,
desde luego,
aunque sean pequeños los cristales de la ilusión,
provocan grandes hemorragias de lágrimas y tristezas. 

martes, 9 de junio de 2015

Envuelta en mariposas

Y sucedió como suele decirse, por casualidad, y sucedió, como suele decirse en todas las casualidades, donde y con quien no era de esperar.

Fue la llamada de la incertidumbre envuelta en juegos de niños lo que hizo que se liberarán las mariposas que tenía encerradas en lo más profundo de su ser, siempre con miedo de agitar sus alas. Esas mariposas con el movimiento de sus alas volvieron a traer a la esperanza, que había decidido que era el momento de volver a sumar.

Ella lo sintió, estamos aquí, contigo, tus cicatrices siguen también, las decepciones serán siempre parte de tu equipaje, pero estás preparada, solo deja que nos distribuyamos por tu cuerpo, haremos que su mirada sonría, que la alegría se desprenda en tu olor, que tus manos acaricien el miedo para dejarlo tranquilo, esperando que no vuelva a atacar. Haremos que la ansiedad se convierta en deseo, en ganas, aquella que fue tu enemiga te dará fuerza haciéndose tu mejor aliada.

Los aleteos de las mariposas se transformaron en caricias y besos. Despiertas recordaron el camino al corazón, al amor. Le despertaron a deshora, para decirle que ya no serían los disgustos quienes le harían palpitar sino algo parecido a un mordisco en un lugar adecuado pero en el momento más inesperado.

El único miedo que tenía era que su cuerpo se les hiciera pequeño y dejarán de batir sus alas por falta de espacio. Alguien de pronto le recordó que ella regalaba mariposas en forma de sonrisas, caricias, abrazos. Le recordó que podría ser cada vez más feliz y que estaba seguro de que de su cuerpo volarían un montón de mariposas más.

lunes, 8 de junio de 2015

La vida se le descubrió difícil

Su sudor estaba compuesto de insatisfacción, a la sonrisa la había definido el sufrimiento y sus cabellos, tan bellos como siempre, bailaban ahora al son de una melodía de tristeza. Composición melódica de grises eran las palabras y las frases que de ella salían, palabras y frases unidas por una gran sensación de derrota, unidas con los mismos hilos con los que un soldado, que sabe que va a morir, zurce los últimos calcetines que vestirá en combate.

Su tristeza miraba a aquel espejo que no le decía verdad. Por más que miraba y miraba no lograba encontrarse a sí misma. Tampoco sabía dónde buscar, sería en aquella fiesta que acabó en desgracia, en aquella carrera que nunca debió escoger o en lo que había perdido, aquello que tanto amaba y que sabía que no volvería. Aquello que casi no recordaba, no le era cercano, pero que le torturaba a diario. Primero fue su nostalgia, su recuerdo, y ahora era la incapacidad de volver a sentirla, la incapacidad de sentirla tan cerca como para poder recordar. 

¿Puede haber mayor sufrimiento que ver como se difuminan los recuerdos de aquella persona que la hacía sentir amada, querida, como nunca lo había sentido y sabía que nunca lo sentiría? Os digo que si la observáis bien sabréis que no, que si os fijáis en su mirada por la mañana le intuiréis un caminito hecho de lágrimas, desde los ojos hasta la comisura de su boca, el camino por el que ella pensaba que se diluían sus recuerdos, y se diluían cada día, cada vez que decidía salir a la terraza, para sentarse en aquellas sillas donde tantas veces ella le cogía de la mano para decirle "aprieta corazón de manteca, el que no quiera a esta niña peca". Como si por contacto pudiera sentir su abrazo, su aliento, como si de tanto mirar al cielo en algún momento una estrella fugaz le regalará una de sus caricias, una de sus sonrisas, algo de su amor, de su atención. Algo de ella. No sabía de constelaciones, ni de estrellas, pero os aseguro que no hay un astrónomo que las vigile tanto como ella lo hacía, Tantas horas y tantas noches. Para volverse sin respuesta y con una oscuridad cada vez mayor. Rutina diaria de morriña, respiraba la oscuridad de la noche que acababa reflejada en sus ojeras.

El presente de su alegría, felicidad, ilusión, proyectos era gris, intentaba disfrutar del pocos instantes blancos, puros, que la vida le ofrecía, pero que siempre acababan rodeados de niebla. Le costaba seguir los pasos de la felicidad, no era hábil en eso de conducir por la vida sin la iluminación de la esperanza. Siempre pensó que se había dado por vencida, probablemente se encontraría en algún lugar bien escondido de su cuerpo, donde ella un día le aconsejo ir para no volver.

 Ay si hubiera sabido que no sufre más el que tiene esperanzas, el que se ilusiona, sino el que vive sin ellas. y es que ¿existe mejor tratamiento para la tristeza que la esperanza? Aquellas analgésicas expectativas son las que nos rescatan de una realidad que siempre es difícil, son el dulzor de la dificultad, el azúcar de la ansiedad. La batalla de la vida es difícil cuando un soldado lucha con la esperanza siempre en la trinchera. 


¿Cómo la recuperaría? se preguntó. Desde luego ella desconocía el modo.